De tormentos ajenos...


Abrió los ojos, y en ese momento no sabia exactamente en donde se encontraba, poco a poco su mente se fue aclarando, un bostezo salió de su boca, quiso tapársela pero el bostezo ya había terminado, le dolía un ojo, signo de que había dormido mal, el lo sabia, todo estaba oscuro , no tenia idea de que hora era, el reloj despertador que mantenía en su mesa de noche no estaba encendido, eso le causaba una rara sensación de miedo, también sin explicación aparente, sentía asco, sentía un malestar nauseabundo, una especia de fiebre invadía su cuerpo, pero no era enfermedad física, de eso estaba totalmente seguro, pero por el momento no tenia explicación, para tal asco; lo único que rompía el silencio era una canción que escuchaba la pareja de recién casados que el día anterior se había mudado al apartamento de al lado; ahí acostado aun sin saber la hora que era, recordó que el mismo había ayudado al joven esposo a subir un mueble muy pesado, que parecía un closet o un ropero, ahi en ese preciso momento recordó todo, recordó la causa exacta del porque del asco, del porque de ese malestar sin razón aparente, “lo había olvidado” se dijo a si mismo en voz baja, “quizás el tratar de olvidar lo que había ocurrido me llevo a ayudar a ese joven, no acostumbro a hacerlo” pero quería olvidar, el quería pensar que todo seguía normal, cuando por fin terminaron de subir el pesado mueble, el joven le agradeció, y la joven esposa, con una sonrisa le invito a quedarse a tomar tè con ellos, con voz baja dijo “quizás hubiera sido buena idea aceptar la invitación” pero no había sido así, con una sonrisa un tanto hipocrita,se había negado, aduciendo que necesitaba ir a descansar, la joven pareja acepto tal excusa como no queriendo molestar, y respondieron que ya seria otro día, que seguía estando invitado.

“La hora” pensó, “que hora será?” el extraño malestar aun invadía su cuerpo, y las ráfagas de recuerdos de los recientes acontecimientos lo bombardeaban, “yo no quise hacerlo” pensaba, quizás para tratar de tranquilizarse, “tuve que hacerlo, pero no quería, nunca quise, no lo hice con intención”, se levanto y encendió la luz, la canción seguía en el apartamento de al lado, apenas lograba escucharla, pero le era suficiente para aborrecerla, bajo a la pequeña sala de su apartamento, y en la mesa de centro encontró su pequeño reloj, eran las 3:33 de la madrugada …

0 comentarios: